Puedo estar triste, llorando, deprimida, etc…
pero si veo un gato y puedo acariciarlo, solo con hacer eso, ya me genera un
momento de placer y felicidad único.
Me encantan sus pasos sigilosos, el color de sus ojos, su mirada
penetrante y la suavidad de su pelaje.
A pesar de todo lo que se diga en contra de
ellos, pienso que tienen una personalidad fascinante, son muy curiosos y por
sobre todas las cosas, independientes.
Acercarme... acariciarlos y mimarlos... Podría
estar todo el día así. Me producen una alegría inmensa.
Me gustan de cualquier especie, pero si tengo
que elegir a una, elijo a la mía. A la más hermosa. Es la reina de la casa,
absolutamente todo gira en torno a ella, a sus necesidades. Puede ser un poco
arisca a veces, pero a pesar de todo me da mucho amor.
Juguetona, mimosa
y dormilona… y bueno, a veces también es un poco histérica como la mamá…
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