jueves, 15 de mayo de 2014


Puedo estar triste, llorando, deprimida, etc… pero si veo un gato y puedo acariciarlo, solo con hacer eso, ya me genera un momento de placer y felicidad único. 

Me encantan sus pasos sigilosos, el color de sus ojos, su mirada penetrante y la suavidad de su pelaje.

A pesar de todo lo que se diga en contra de ellos, pienso que tienen una personalidad fascinante, son muy curiosos y por sobre todas las cosas, independientes.

Acercarme... acariciarlos y mimarlos... Podría estar todo el día así. Me producen una alegría inmensa.

Me gustan de cualquier especie, pero si tengo que elegir a una, elijo a la mía. A la más hermosa. Es la reina de la casa, absolutamente todo gira en torno a ella, a sus necesidades. Puede ser un poco arisca a veces, pero a pesar de todo me da mucho amor. 

Juguetona, mimosa y dormilona… y bueno, a veces también es un poco histérica como la mamá…

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